1 »Por lo tanto, Besalel, Oholiab y todos los artesanos de Israel, harán todo de acuerdo con lo que Dios ordenó. Lo mismo harán todos aquellos a quienes Dios les haya dado sabiduría e inteligencia para hacer todos los objetos necesarios para el culto en el santuario».
Ofrendas abundantes
2-3 Moisés se reunió con todos los artesanos, y les dio las ofrendas que el pueblo había llevado. Así ellos empezaron a fabricar todos los objetos que se necesitaban para el culto en el santuario.
Todos los días, los israelitas llevaban ofrendas voluntarias. 4-5 Cuando los artesanos vieron que la gente llevaba más ofrendas de las necesarias, se lo comunicaron a Moisés. 6 Entonces Moisés mandó a decir a todos en el campamento que ya no hicieran más trabajos ni llevaran más ofrendas para el santuario. Fue así como los israelitas dejaron de llevar ofrendas, 7 pues no solo había suficiente material sino que hasta sobraba.
La construcción del santuario
8-13 Los artesanos más capaces de todo el grupo construyeron el santuario con diez cortinas, en las que se bordaron dos querubines.
14-19 Besalel tomó pelo de cabra y confeccionó los once paños para hacer las dos cortinas del toldo que cubriría el santuario, y fabricó también la cubierta de pieles de carnero que se colocaría sobre el toldo. Luego, sobre esa cubierta puso una cubierta de pieles finas.
20-38 Besalel también se encargó de preparar todo lo necesario para la construcción del santuario: las tablas, las bases, los travesaños, las argollas y los postes. Y confeccionó la cortina que dividiría el Lugar Santo del Lugar Santísimo, en la cual bordó dos querubines. Además, Besalel hizo la cortina de la entrada del santuario, y la colgó de sus postes.