Pasado y presente de Israel
Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré.
1 Dios nuestro, lo oímos con nuestros oídos,
y nuestros padres nos lo contaron:
¡las grandes proezas que, en su favor,
realizaste en los días de antaño!
2 ¡Tú mismo desalojaste a las naciones,
castigaste duramente a esos pueblos,
y a nuestros padres los dejaste echar raíces!
3 Porque no fue la espada
lo que les dio posesión de la tierra;
ni fue tampoco su brazo lo que les dio la victoria;
¡fue tu mano derecha, fue tu brazo,
fue el resplandor de tu rostro,
porque en ellos te complacías!

4 Dios mío, ¡tú eres mi rey!
¡Envía tu salvación al pueblo de Jacob!
5 ¡Por ti derrotaremos a nuestros enemigos!
¡En tu nombre los hundiremos en el suelo!
6 Yo no confiaría en mis flechas,
ni tampoco mi espada podría salvarme;
7 pero tú puedes salvarnos de nuestros enemigos,
y poner en vergüenza a los que nos odian.
8 ¡En ti, Dios nuestro, nos gloriaremos siempre,
y nunca dejaremos de alabar tu nombre!

9 Pero nos has abandonado,
nos has puesto en vergüenza.
Ya no acompañas a nuestros ejércitos.
10 Nos has hecho retroceder ante el enemigo,
y los que nos aborrecen nos despojan de todo.
11 Has dejado que nos maten como a ovejas,
y nos has esparcido entre las naciones.
12 ¡Has vendido a tu pueblo de balde!
¡Nada has ganado con venderlo!

13 Nos has humillado ante nuestros vecinos;
somos motivo de burla para los que nos rodean.
14 Has hecho de nosotros la burla de la gente;
al vernos, todos mueven burlones la cabeza.
15 Todo el tiempo debo encarar mi vergüenza;
me abruma no poder dar la cara
16 por lo que dicen los que tanto me ofenden,
¡por lo que hacen mis vengativos enemigos!

17 Aunque todo esto nos ha sucedido,
jamás nos hemos olvidado de ti;
jamás hemos quebrantado tu pacto.
18 Jamás ha decaído nuestro ánimo,
ni nos hemos apartado de tus sendas.
19 ¡Pero tú nos arrojaste en cuevas de chacales!
¡Nos cubriste con las sombras de la muerte!

20 Dios nuestro,
si nos hubiéramos olvidado de tu nombre,
o si hubiéramos rendido culto a otro dios,
21 ¿acaso tú no habrías llegado a saberlo?
¡Si tú conoces los secretos más recónditos!
22 Pero por ti nos matan todo el tiempo;
¡nos consideran ovejas para el matadero!

23 ¡Despierta, Señor! ¿Por qué duermes?
¡Levántate, no te alejes para siempre!
24 ¿Por qué te escondes de nosotros?
¿Por qué te olvidas de la opresión que sufrimos?
25 Nuestro ánimo se halla por el suelo,
¡nuestros cuerpos se arrastran por la tierra!
26 ¡Levántate, ven a ayudarnos
y, por tu gran misericordia, sálvanos!
¡Entra ya en acción!
SALMO 44 (43)
(1) Poema educativo compuesto por la familia de Coré.
1 1 (2) Dios mío,
nuestros padres nos han contado
las grandes maravillas
que tú hiciste en el pasado.
2 2 (3) Tú mismo echaste de su tierra
a los otros pueblos;
los destruiste por completo,
y en lugar de ellos pusiste
a nuestro propio pueblo,
y lo hiciste prosperar.

3 3 (4) No fue con la espada
como ellos conquistaron esta tierra;
no fue la fuerza de su brazo
lo que les dio la victoria.
¡Fue tu mano poderosa!
¡Fue la luz de tu presencia,
porque tú los amabas!

4 4 (5) Tú eres mi Dios y mi rey;
¡tú nos diste la victoria!
5 5 (6) Por tu gran poder
vencimos a nuestros enemigos;
¡destruimos a nuestros agresores!
6 6 (7) Yo no pondría mi confianza
en mi arco y en mis flechas,
ni pensaría que mi espada
podría darme la victoria;
7 7 (8) ¡fuiste tú quien nos hizo vencer
a nuestros enemigos!,
¡fuiste tú quien puso en vergüenza
a nuestros adversarios!
8 8 (9) Dios nuestro,
¡siempre te alabaremos!,
¡siempre te daremos gracias!

9 9 (10) Pero ahora nos has rechazado;
nos has hecho pasar vergüenza.
Ya no marchas con nuestros ejércitos.
10 10 (11) Nos has hecho huir;
¡el enemigo nos ha quitado
todo lo que teníamos!

11 11 (12) Has dejado que nos devoren
como si fuéramos ovejas;
has dejado que nos dispersemos
entre las otras naciones.
12 12 (13) Nos vendiste muy barato,
¿y qué ganaste con eso?

13-14 13-14 (14-15) Nos pusiste en ridículo
delante de nuestros vecinos;
las naciones y los pueblos
se burlan de nosotros;
¡somos el hazmerreír
de todo el mundo!
15 15 (16) Me muero de vergüenza,
pues a todas horas me ofenden;
16 16 (17) ¡mis enemigos me gritan
y buscan vengarse de mí!

17 17 (18) Todo esto lo hemos sufrido
a pesar de no haberte olvidado;
jamás hemos faltado a tu pacto;
18 18 (19) jamás te hemos sido infieles,
ni te hemos desobedecido.
19 19 (20) Y a pesar de todo eso,
nos has echado en lugares de miseria;
¡nos has dejado en profunda oscuridad!

20 20 (21) Si te hubiéramos olvidado,
o hubiéramos adorado
a dioses de otros pueblos,
21 21 (22) tú te habrías dado cuenta,
pues sabes lo que pensamos.
22 22 (23) Pero por causa tuya nos matan;
¡por ti nos tratan siempre
como a ovejas para el matadero!

23 23 (24) ¡Despierta ya, Dios mío!
¿Por qué sigues durmiendo?
¡Entra ya en acción!
¡No nos sigas rechazando!
24 24 (25) ¿Por qué te escondes?
¿Por qué nos olvidas?
¡Mira cómo nos oprimen!
25 25 (26) Estamos derrotados por completo;
tenemos que arrastrarnos por el suelo.
26 26 (27) ¡Ven ya en nuestra ayuda!
¡Sálvanos por tu gran amor!