Propiedad familiar de Rubén y Gad
(Dt 3.12-22)
1 Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían incontables cabezas de ganado, así que cuando vieron la tierra de Jazer y de Galaad, les pareció el lugar ideal para sus ganados.
2 Entonces los hijos de Gad y los hijos de Rubén fueron a hablar con Moisés y con el sacerdote Eleazar, lo mismo que con los príncipes de la congregación, y les dijeron:
3 «Atarot, Dibón, Jazer, Nimrá, Jesbón, Eleale, Sebán, Nebo y Beón,
4 es decir, la tierra que el Señor derrotó ante la congregación de Israel, es tierra para ganado, y tus siervos lo tienen.
5 Si te parece bien, ordena que esta tierra le sea dada a tus siervos como su propiedad familiar. ¡No nos hagas cruzar el Jordán!»
6 Moisés les respondió a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén:
«¿Y sus hermanos irán a la guerra, mientras ustedes se quedan aquí?
7 ¿Por qué desaniman así a los hijos de Israel, para que no pasen a la tierra que el Señor les ha dado?
8 Eso mismo hicieron los padres de ustedes, cuando desde Cadés Barnea los envié a explorar la tierra.
9 Subieron hasta el torrente de Escol, y luego de ver la tierra desalentaron a los hijos de Israel para que no entraran en la tierra que el Señor les había dado.
10 Entonces la ira del Señor se encendió, por lo que juró:
11 “Los hombres mayores de veinte años, que salieron de Egipto, no fueron perfectos ni me han seguido; por eso no verán la tierra que juré darles a Abrahán, Isaac y Jacob.
12 Solo la verán Caleb hijo de Yefune el quenizita, y Josué hijo de Nun, porque ellos sí fueron perfectos y me han seguido.”
13 (En efecto, la ira del Señor se encendió contra Israel, y durante cuarenta años los hizo andar errantes por el desierto, hasta que se acabó toda esa generación que hizo lo malo delante del Señor. )
14 »Y ahora resulta que ustedes, prole de pecadores, siguen el mal ejemplo de sus padres y añaden más a la ira del Señor contra Israel.
15 Si ustedes se apartan de él, él se apartará de ustedes y los dejará en el desierto, pero ustedes habrán acabado con todo este pueblo.»
16 Entonces ellos hablaron con Moisés y le dijeron:
«Vamos a levantar aquí corrales para nuestro ganado, y ciudades para nuestros hijos,
17 pero nosotros tomaremos las armas y marcharemos sin temor al frente de los hijos de Israel, hasta que los hayamos introducido en su tierra. Nuestros hijos se quedarán en ciudades fortificadas, por causa de los habitantes del país,
18 pero nosotros no volveremos a nuestras casas hasta que los hijos de Israel hayan tomado posesión de la tierra que les corresponde.
19 Nosotros ya no tomaremos posesión de nada que esté al otro lado del Jordán, ni más allá, porque ya tendremos nuestra propia tierra en esta ribera oriental del río Jordán.»
20 Y Moisés les respondió:
«Si realmente lo hacen así, y si se disponen a ir a la guerra delante del Señor,
21 y si delante del Señor todos ustedes toman las armas y cruzan el Jordán, hasta desalojar a sus enemigos delante de ustedes
22 y sojuzgar el país delante del Señor, y si después de eso vuelven, quedarán exculpados ante el Señor y ante Israel, y esta tierra será de ustedes por la voluntad del Señor.
23 Pero si no lo hacen así, habrán pecado a los ojos del Señor, y sepan bien que su pecado los alcanzará.
24 Erijan ciudades para sus niños, y corrales para sus ovejas, y hagan todo lo que han dicho.»
25 Los hijos de Gad y los hijos de Rubén respondieron entonces a Moisés:
«Estos siervos tuyos harán lo que tú, señor nuestro, nos has ordenado.
26 Nuestros hijos, nuestras mujeres y nuestros ganados, y todos nuestros animales, se quedarán aquí, en las ciudades de Galaad,
27 y nosotros tus siervos tomaremos las armas y marcharemos a la guerra delante del Señor, tal y como tú, señor nuestro, lo has dicho.»
28 Moisés dio entonces instrucciones al sacerdote Eleazar y a Josué hijo de Nun, lo mismo que a los principales jefes de las tribus de Israel.
29 Les dijo:
«Si los hijos de Gad y los hijos de Rubén cruzan el Jordán con ustedes, todos ellos armados delante del Señor y listos para la guerra, después de que ustedes hayan sojuzgado el país les darán posesión de la tierra de Galaad.
30 Pero si no cruzan el río con sus armas, entonces les darán su posesión entre ustedes, en la tierra de Canaán.»
31 Los hijos de Gad y los hijos de Rubén respondieron:
«Haremos todo lo que el Señor les ha dicho a estos siervos tuyos.
32 Delante del Señor cruzaremos el río, e iremos armados a la tierra de Canaán, pero nuestra propiedad familiar será la de este lado del Jordán.»
33 Fue así como Moisés les dio a los hijos de Gad, a los hijos de Rubén, y a la media tribu de Manasés hijo de José, el reino de Sijón, el rey amorreo, y el reino de Og, el rey de Basán, junto con su territorio y sus ciudades, y las ciudades de los alrededores.
34 Los hijos de Gad edificaron Dibón, Atarot, Aroer,
35 Atarot Sofán, Jazer, Yogbeá,
36 y las ciudades fortificadas de Bet Nimrá y Bet Arán, y construyeron corrales para sus ovejas.
37 Los hijos de Rubén edificaron Jesbón, Eleale, Quiriatayin,
38 Nebo, Baal Megón y Sibemá, y a las ciudades que edificaron les dieron otro nombre.
39 Los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron a Galaad y la conquistaron, y echaron de allí a los amorreos que la habitaban.
40 A Maquir hijo de Manasés, Moisés le dio Galaad, y Maquir se quedó a vivir en ella.
41 Por su parte, Yaír hijo de Manasés fue y conquistó sus propias aldeas, y les puso por nombre Javot Yaír.
42 Nobaj fue y conquistó Kenat y sus aldeas, y le puso por nombre Nobaj, es decir, su propio nombre.
La tribu de Rubén y la de Gad eligen dónde vivir
1 La tribu de Rubén y la de Gad tenían mucho ganado. Cuando vieron que la región de Jazer y de Galaad era buena para el ganado 2 les dijeron a Moisés, a Eleazar y a los jefes de Israel:

3 —Las regiones de Atarot, Dibón, Jazer, Nimrá, Hesbón, Elalé, Sebam, Nebo y Beón 4 son muy buenas para el ganado, y nosotros tenemos mucho. Dios conquistó esas regiones para su pueblo, 5 así que ahora les rogamos que nos dejen vivir en ellas. Y si a ustedes les parece bien, ya no iremos a vivir al otro lado del río Jordán.

6 Pero Moisés les contestó:

—Así que a ustedes les parece bien quedarse aquí mientras sus hermanos van a la guerra. 7 ¡Por culpa de ustedes las demás tribus se van a desanimar, y ya no van a querer ir al territorio que Dios les ha dado! 8-9 Eso mismo hicieron sus antepasados al principio. Cuando los envié desde Cadés-barnea a explorar el territorio, llegaron hasta el arroyo de Escol. Luego vinieron a desanimar a los israelitas para que no pasaran al territorio prometido.
10 »Dios se enojó muchísimo ese día y dijo: 11 “Puesto que no quisieron obedecerme, juro que ninguno de los que salieron de Egipto, mayor de veinte años, entrará al territorio que prometí a sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. 12 Solo entrarán Caleb y Josué, porque confiaron en mí”.
13 »Tal fue el enojo de Dios que durante cuarenta años hizo que los israelitas dieran vueltas por el desierto, hasta que todos los desobedientes murieron.
14 »¡Y ahora ustedes, que son tan malos como sus antepasados, hacen lo mismo! ¿Quieren que Dios se enoje de nuevo contra Israel? 15 Si ustedes se quedan aquí y no obedecen a Dios, él dejará morir a todo el pueblo en el desierto, y ustedes serán los responsables.

16 Entonces los de la tribu de Rubén y los de Gad le contestaron a Moisés:

—Nosotros construiremos casas para nuestros hijos, y corrales para el ganado. 17 Pero iremos al frente del ejército y lucharemos junto a las demás tribus hasta que ellos también tengan un lugar donde vivir. Lo único que deseamos es dejar a nuestros hijos bien protegidos en las ciudades que construyamos, para que la gente de esta región no les haga daño. 18-19 Cuando los demás israelitas tengan también un lugar donde vivir, regresaremos a nuestro territorio, pues no queremos vivir con ellos del otro lado del río Jordán.

20-22 Y Moisés les dijo:

—Está bien, pero para que no haya problemas, crucen el río Jordán con nosotros para ir a la guerra. Así obedecerán a Dios hasta que él derrote a sus enemigos y tome ese territorio. Luego podrán regresar a sus casas, pues habrán cumplido con Dios y con los israelitas.
23-24 »Construyan aquí ciudades para sus hijos y corrales para su ganado. Pero cumplan su promesa, porque si no lo hacen, cometerán un gran pecado contra Dios, y él los castigará.

25-27 Los de la tribu de Rubén y los de la tribu de Gad le dijeron a Moisés:

—Somos tus servidores, y haremos lo que nos ordenes. Nuestros hijos y esposas, y todos nuestros animales, se quedarán en las ciudades de Galaad. Pero nosotros obedeceremos a Dios; iremos a pelear del otro lado del río Jordán.

28 Moisés habló con Josué, con el sacerdote Eleazar y los jefes de las tribus de Israel, 29 y les dijo:

«Los de la tribu de Rubén y los de la tribu de Gad prometieron cruzar el río Jordán con ustedes para conquistar el territorio prometido. Luego quieren permiso para volver y vivir en la región de Galaad. 30 Pero si no cumplen su promesa, entonces tendrán que ir a vivir con todos ustedes en el territorio de Canaán».

31-32 Entonces los de Rubén y los de Gad hicieron esta promesa delante de todos:

«Nosotros obedeceremos a Dios, iremos armados a pelear a la región de Canaán. Pero luego nos regresaremos a vivir de este lado del río Jordán. Este será nuestro territorio».

33 Así fue como Moisés les dio ese territorio a la tribu de Gad y a la de Rubén, y a la media tribu de Manasés. Allí estaban las ciudades y campos donde antes vivían Sihón el rey amorreo, y Og el rey de Basán.
34 Los de la tribu de Gad reconstruyeron las siguientes ciudades:
Dibón,
Atarot,
Aroer,
35 Atarot-sofán,
Jazer,
Jogbehá,
36 Bet-nimrá y
Bet-arán.

A todas estas ciudades les hicieron muros de protección, y también hicieron corrales para sus rebaños.
37 Los de la tribu de Rubén reconstruyeron las siguientes ciudades:
Hesbón,
Elalé,
Quiriataim,
38 Nebo,
Baal-meón y
Sibma.

A algunas de esas ciudades les cambiaron el nombre, sobre todo a las que ellos reconstruyeron.
39-40 Moisés les dio a los descendientes de Maquir, que era hijo de Manasés, los terrenos de la región de Galaad, porque ellos echaron fuera a los amorreos que vivían allí. Por eso se quedaron con esa región. 41 Jaír, otro de los hijos de Manasés, le quitó a los amorreos unos campamentos, y les puso el nombre de Havot-jaír. 42 Nóbah se quedó con el territorio de Quenat y con los pueblos que la rodeaban, y le puso su propio nombre, Nóbah.