El destino del malvado
SALMO 64 (63)
(1) Himno de David.
1 1 (2) Dios mío,
¡escucha mi queja!
¡No dejes que mis enemigos
acaben con mi vida!
2 2 (3) Son una banda de malvados;
son una pandilla de malhechores;
¡escóndeme de sus planes secretos!
3 3 (4) Sus palabras hieren
como espada afilada;
sus palabras matan
como flechas envenenadas.
4 4 (5) Se esconden, y desde allí
disparan contra la gente inocente;
no tienen miedo de nada ni de nadie;
¡disparan sin que nadie se lo espere!

5 5 (6) Cuando hacen sus planes malvados,
se animan los unos a los otros;
piensan dónde esconder sus trampas,
y creen que nadie las verá.
6 6 (7) Planean muy bien sus maldades
y creen tener el plan perfecto;
piensan que nadie los descubrirá.
7 7 (8) Por eso, sin que lo esperen,
Dios les disparará sus flechas
8 8 (9) y caerán heridos de muerte.
Su propia lengua será su ruina,
y quienes los vean
acabarán burlándose de ellos.
9 9 (10) El mundo entero alabará a Dios,
hablará de sus acciones,
y llegará a entenderlas.

10 10 (11) ¡Que se alegre la gente buena
por todo lo que Dios ha hecho!
¡Que todos los justos lo alaben
y pongan en él su confianza!