¡Entra ya en acción!
SALMO 44 (43)
(1) Poema educativo compuesto por la familia de Coré.
1 1 (2) Dios mío,
nuestros padres nos han contado
las grandes maravillas
que tú hiciste en el pasado.
2 2 (3) Tú mismo echaste de su tierra
a los otros pueblos;
los destruiste por completo,
y en lugar de ellos pusiste
a nuestro propio pueblo,
y lo hiciste prosperar.

3 3 (4) No fue con la espada
como ellos conquistaron esta tierra;
no fue la fuerza de su brazo
lo que les dio la victoria.
¡Fue tu mano poderosa!
¡Fue la luz de tu presencia,
porque tú los amabas!

4 4 (5) Tú eres mi Dios y mi rey;
¡tú nos diste la victoria!
5 5 (6) Por tu gran poder
vencimos a nuestros enemigos;
¡destruimos a nuestros agresores!
6 6 (7) Yo no pondría mi confianza
en mi arco y en mis flechas,
ni pensaría que mi espada
podría darme la victoria;
7 7 (8) ¡fuiste tú quien nos hizo vencer
a nuestros enemigos!,
¡fuiste tú quien puso en vergüenza
a nuestros adversarios!
8 8 (9) Dios nuestro,
¡siempre te alabaremos!,
¡siempre te daremos gracias!

9 9 (10) Pero ahora nos has rechazado;
nos has hecho pasar vergüenza.
Ya no marchas con nuestros ejércitos.
10 10 (11) Nos has hecho huir;
¡el enemigo nos ha quitado
todo lo que teníamos!

11 11 (12) Has dejado que nos devoren
como si fuéramos ovejas;
has dejado que nos dispersemos
entre las otras naciones.
12 12 (13) Nos vendiste muy barato,
¿y qué ganaste con eso?

13-14 13-14 (14-15) Nos pusiste en ridículo
delante de nuestros vecinos;
las naciones y los pueblos
se burlan de nosotros;
¡somos el hazmerreír
de todo el mundo!
15 15 (16) Me muero de vergüenza,
pues a todas horas me ofenden;
16 16 (17) ¡mis enemigos me gritan
y buscan vengarse de mí!

17 17 (18) Todo esto lo hemos sufrido
a pesar de no haberte olvidado;
jamás hemos faltado a tu pacto;
18 18 (19) jamás te hemos sido infieles,
ni te hemos desobedecido.
19 19 (20) Y a pesar de todo eso,
nos has echado en lugares de miseria;
¡nos has dejado en profunda oscuridad!

20 20 (21) Si te hubiéramos olvidado,
o hubiéramos adorado
a dioses de otros pueblos,
21 21 (22) tú te habrías dado cuenta,
pues sabes lo que pensamos.
22 22 (23) Pero por causa tuya nos matan;
¡por ti nos tratan siempre
como a ovejas para el matadero!

23 23 (24) ¡Despierta ya, Dios mío!
¿Por qué sigues durmiendo?
¡Entra ya en acción!
¡No nos sigas rechazando!
24 24 (25) ¿Por qué te escondes?
¿Por qué nos olvidas?
¡Mira cómo nos oprimen!
25 25 (26) Estamos derrotados por completo;
tenemos que arrastrarnos por el suelo.
26 26 (27) ¡Ven ya en nuestra ayuda!
¡Sálvanos por tu gran amor!