De la tristeza a la alegría
SALMO 126 (125)
(1a) Cántico para las peregrinaciones.
1 1 (1b) Cuando Dios nos hizo volver
de Babilonia a Jerusalén,
creíamos estar soñando.
2 De los labios nos brotaban
risas y cánticos alegres.
Hasta decían las demás naciones:
«Realmente es maravilloso
lo que Dios ha hecho por ellos».

3 ¡Lo que Dios hizo por nosotros
fue realmente maravilloso,
y nos llenó de alegría!

4 Dios,
devuélvenos el bienestar,
como le devuelves al desierto
sus arroyos.
5-6 Las lágrimas que derramamos
cuando sembramos la semilla
se volverán cantos de alegría
cuando cosechemos el trigo.