Segundo discurso de Eliú
1 Eliú añadió entonces:

2 «Ustedes, los sabios, ¡escuchen mis palabras!
Ustedes, los doctos, ¡préstenme atención!
3 Con el paladar se prueba el sabor de la comida,
y con el oído se prueba la calidad de las palabras.
4 Los invito a elegir lo que es justo,
y a que descubramos aquello que sea bueno.

5 »Job ya nos ha dicho que es un hombre bueno,
y que Dios lo ha tratado injustamente;
6 que no puede mentir en su caso,
y que sufre mucho sin haber pecado.

7 »¿Quién puede compararse a Job,
que calma su sed burlándose de todo?
8 ¡Anda en compañía de malhechores!
¡Se junta con gente malvada!
9 ¡Asegura que nada gana el hombre
con hacer la voluntad de Dios!

10 »Pero ustedes son inteligentes. ¡Escúchenme!
¡Nada más ajeno a Dios que la maldad!
¡El Todopoderoso no comete injusticias!
11 Le da a cada uno lo que merece;
le paga conforme a sus hechos.
12 Dios no hace nada malo;
el Todopoderoso no pervierte la justicia.
13 ¿Quién puso el mundo en sus manos?
¿Quién le encargó ordenar este mundo?
14 Si Dios pensara solo en sí mismo,
y retomara su espíritu y su hálito de vida,
15 ¡todos nosotros moriríamos al instante
y la humanidad entera volvería a ser polvo!

16 »Si eres entendido, escucha esto;
presta atención a lo que te estoy diciendo.
17 ¿Acaso puede gobernar quien no ama la justicia?
¿Y acaso puedes tú condenar al que es justo?
18 ¿Quién puede acusar al rey de ser perverso,
o tachar de criminales a los hombres importantes?
19 Dios no hace acepción de personas;
trata igual a los ricos y a los pobres,
pues todos somos obra de sus manos.
20 Todos podemos morir en cualquier momento;
los pueblos se rebelan en medio de la noche,
pero pasan, lo mismo que los poderosos:
son derrocados sin que medie la violencia.
21 Dios conoce los caminos del hombre,
y vigila cada uno de sus pasos.
22 Ni las sombras más oscuras
esconden a los que practican la maldad.
23 Dios no impone al hombre fecha alguna
para que comparezca ante él en el juicio.
24 En un instante quebranta a los poderosos,
y hace que otros ocupen su lugar.
25 Puesto que él conoce las obras de todos,
en medio de la noche los derriba y extermina.
26 Los castiga, como a criminales,
en donde todo el mundo pueda verlos,
27 porque ellos se apartaron de él
y no obedecieron sus mandamientos;
28 hicieron que los pobres elevaran sus lamentos
y que los hambrientos dejaran oír su clamor.
29 Si Dios se calla, ¿quién se lo puede reprochar?
Si se oculta de los hombres, ¿quién podrá encontrarlo?
¡Ni todo un pueblo, ni todos los hombres!
30 De lo contrario, el malvado tendría poder
y el pueblo sería objeto de injusticias.

31 »¿Acaso le has dicho a Dios:
“Ya he sufrido tu castigo. No volveré a pecar”?
32 ¿O le has dicho: “No supe lo que hacía.
Si he actuado mal, no volveré a hacerlo”?
33 ¿Acaso todo debe hacerse a tu manera?
Es Dios quien decide qué hacer, y no tú;
pero si sabes otra cosa, ¡habla ya!
34 Cualquier hombre inteligente te dirá lo mismo;
el que es sabio dirá lo mismo que yo:
35 “Job no está en su sano juicio,
porque lo que dice no tiene sentido.”
36 Yo propongo que Job sea puesto a prueba,
porque habla como todos los malvados.
37 Además de malvado, Job es rebelde;
con aplausos se burla de nosotros,
y son muchas sus ofensas contra Dios.»
Segunda participación de Elihú
1 Elihú dijo también:

2 «A ustedes, los sabios,
y a ustedes, los inteligentes,
les ruego que me presten atención.
3 Si podemos distinguir los sabores,
podemos distinguir las palabras.
4 Así que examinemos este caso,
y veamos quién tiene la razón.

5 »Job nos ha dicho:

“Soy inocente,
pero Dios no lo quiere aceptar;
6 soy un hombre justo,
pero parezco un mentiroso;
no he cometido ningún pecado,
pero Dios me hirió de muerte”.

7 »¿Habrá otro como Job,
que siempre se burla de todo?
8 Le encanta andar con malvados
y tenerlos por amigos.
9 ¡Y ahora anda diciendo
que no vale la pena
ser amigo de Dios!

10-12 »Ustedes son inteligentes,
así que préstenme atención.
¡No debemos siquiera pensar
que el Dios todopoderoso
pudiera hacer algo injusto!
Al contrario, nos premia o castiga,
según lo que merecemos.
13 Su poder sobre este mundo
no lo ha recibido de nadie;
14 el día que él decida
quitarnos su espíritu de vida,
15 ¡todos nosotros moriremos
y volveremos a ser polvo!

16 »Job,
si en verdad eres inteligente,
préstame atención.
17 Si Dios no amara la justicia,
no podría gobernar el mundo.
Así que no puedes condenar
al Dios justo y poderoso.
18 Dios no considera superiores
ni a reyes ni a gobernantes.
19 Dios nos hizo a todos,
seamos pobres o ricos;
él no tiene favoritos.
20 Unos y otros mueren de repente,
en medio de la noche.

21 »Dios está siempre vigilando
todo lo que hacemos.
22 Ni en la noche más oscura
pueden esconderse los malvados.
23 Dios no tiene que decidir
cuándo llevarlos a juicio,
24 ni necesita permiso
para acabar con los poderosos
y darles su merecido.
25 Él sabe todo lo que hacen;
por la noche les quita su poder
y los destruye por completo;
26 los castiga por su maldad
donde todos puedan verlos,
27 pues dejaron de obedecerlo
y no siguieron sus enseñanzas;
28 tanto maltrataron a los pobres
que sus gritos de auxilio
llegaron hasta Dios.
29 Pero, si Dios decide no actuar,
¿quién puede exigirle que lo haga?
Si él decide que nadie lo vea,
¿quién puede ver su cara?
Sin embargo, Dios vigila
a todos los pueblos del mundo,
30 para que los malvados no dominen
ni engañen a su pueblo.

31-32 »Aunque te reconozcas culpable,
y prometas no volver a pecar,
33 Dios no te premiará.
Tú lo has rechazado,
y no voy a responder por ti.
Así que di lo que piensas.

34 »Ustedes que me escuchan
son sabios e inteligentes,
así que tienen que admitir
35 que Job habla por hablar,
y no sabe lo que dice.
36 Ha respondido como un malvado,
y debe enfrentar el juicio.
37 No solo ha sido rebelde,
sino que en nuestra propia cara
se ha burlado de nosotros
y ha insultado a Dios».